Ulwas

Los Ulwas se establecieron en el territorio que media entre los ríos Grande de Matagalpa (llamado Kiwaska, en sumu) y Punta Gorda. Tradiciones muy antiguas hablan del origen común de sumus y miskitus y a su poblamiento original en la región de los lagos, de donde fueron expulsados según testimonios indígenas, por tribus invasoras que procedían del norte. Refugiados primeramente en el área de Chontales, fueron luego empujados hacia las selvas de la Costa Caribe, en la que finalmente se dispersaron hasta alcanzar el litoral.

Junto con los miskitus y los rama, los ulwas son una de las tribus autóctonas que ocupan el Caribe de Nicaragua. Se establecieron en el territorio que media entre los ríos Grande de Matagalpa (llamado Kiwaska, en sumu) y Punta Gorda.

Tradiciones muy antiguas hablan del origen común de sumus y miskitus y a su poblamiento original en la región de los lagos, de donde fueron expulsados según testimonios indígenas, por tribus invasoras que procedían del norte.

Según la tradición oral, Karawala fue fundada en 1853, un día miércoles seis de mayo. Hoy en día se celebra esta fecha como la fiesta de la comunidad Ulwa.

En la comunidad de Karawala actualmente se pueden encontrar miskitus, creoles y garífunas, así como descendientes de chinos, cuya presencia evidencia la huella de las migraciones que se originaron durante la estadía de las empresas madereras y bananeras en la zona.

Los ulwa son un pueblo multilingüe, multiétnico y pluricultural que domina las cuatro lenguas de la región (ulwa, miskitu, creole y español).

En la actualidad, los únicos que hablan ulwa en la comunidad son los ancianos, la mayoría de la población habla miskitu, creole y español.

Al igual que en la mayoría de etnias el primer acercamiento de los ulwas a la música es a través de la Iglesia Morava. Los himnos, las formalidades y la influencia europea permean en esta cultura donde la mayor parte de su población practica esta religión.

En su música popular la influencia miskita es inconfundible. Los ritmos de canciones como Awawak Asangka ya (Comunidad de Karawala) son influenciados en su totalidad por la música miskita, que es una combinación de música religiosa morava, con sonidos modernos de sintetizadores y ritmos caribeños en contratiempo y síncopas.

En las últimas décadas, un grupo de ancianos llamado Uyutmubal se ha dedicado a rescatar las danzas tradicionales ulwas; afirmando que son completamente originales del pueblo Ulwa y no son relatadas por ningún otro pueblo indígena ni adaptadas de otras culturas indígenas de la región. Estos bailes son seis: Awawak, Watiu, Ukung, Nahsirau, Wasbulu, Saudah.

Awawak es el baile más conocido ya que se realiza una vez al año –el seis de mayo–, durante el día del aniversario de la comunidad de Karawala.

Los participantes son siete varones ancianos que representan los siete fundadores de la comunidad. Cada uno de los participantes lleva una vestimenta diferente. Visten piel de tigre, tejidos de bejucos, taparrabo de hojas de palma, cáscaras de corteza de árbol; vestidos a base de hoja de palma, plumas de aves o completamente cubiertos de barro. Cada una de estas vestimentas lleva el nombre de los primeros fundadores de Karawala.

Watiu es el equivalente al sukia miskitu, es decir el brujo o curandero. Es una danza ejecutada solamente por ancianos de la comunidad. En total son ocho participantes: cuatro hombres y cuatro mujeres. No lleva música, pero sí un ritmo compuesto de sonidos que son imitaciones de la naturaleza (la lluvia, el viento, los truenos). Las voces de cada integrante se juntan y forman el ritmo con las voces de la naturaleza.

Ukung es una danza que ejemplifica el trabajo doméstico de las mujeres ulwas y el papel de proveedores del hogar de los hombres. Lo integran ocho jóvenes ulwas: cuatro varones y cuatro mujeres, todos entre los dieciocho y veinte años. En esta danza, los integrantes se mueven al ritmo lento de una música tradicional, sincopa da y con influencia africana. Es producida por dos tambores llamados Su en lengua ulwa y dos conchas de tortuga de río llamadas kwaah ukatak. La danza tiene una duración de ocho minutos, que representa la jornada de ocho horas en el hogar para la mujer; y en el campo o en el río para el hombre.

Nahsirau es una danza de cortejo. Se toca a un tempo acelerado y con música de tambor y concha de tortuga. Son cinco bailarines adolescentes: cuatro mujeres y un varón quien tiene que escoger a una de las cuatro para ser su pareja y bailar. El chula significa la aceptación del cortejo.

Wasbulu es la bebida tradicional ulwa y se le dedica su propia danza. Representa la cosecha de frutas. Participa toda la comunidad, sin ninguna distinción, que bailan alrededor de varias fogatas al aire libre mientras beben Wasbulu (fermentado de frutas).

Saudah es una danza de la siembra donde los ancianos danzan sin ningún instrumento imitando los sonidos del viento y anhelando una buena cosecha.

Instrumentos

Prácticamente todas las culturas del mundo desde la antigüedad han hecho uso de este instrumento membranófono como forma de percusión. Según diversos estudios, su origen es africano, y se remonta a la prehistoria. El tambor llegó a Europa a través de las migraciones de africanos y moros. Posteriormente, también fue introducido en el Nuevo Mundo, cuando los ejércitos conquistadores iniciaron la colonización. Cuando los africanos esclavizados fueron traídos a América, exploraron diversas posibilidades sonoras, convirtiendo casi cualquier objeto en tambor y con él, cualquier motivo para el baile. A falta de espacios y materiales aptos para construir y tocar sus tambores originales, los esclavos construyeron unos más pequeños con materiales locales. En Nicaragua, los de mayor difusión y tradición son los elaborados con árbol de aguacate y membrana de piel de venado; aunque, como todos los instrumentos, depende mucho de los materiales que se tengan a la mano.

El uso de caparazones de tortuga en la música tradicional latinoamericana data de antes de la llegada de los europeos. De hecho, los caparazones de tortuga han sido largamente empleados en todos los continentes para la elaboración de distintos tipos de instrumentos musicales: desde el gbóló gbóló de los Vai de Liberia al kanhi de los Châm de Indochina, pasando por los sonajeros de los Hopi de Estados Unidos y los tambores de los Dan de Costa de Marfil. Centroamérica no ha sido una excepción, se ha utilizado sobre todo como idiófonos. Han formado parte de la organología indígena desde tiempos inmemoriales; existe evidencia arqueológica entre los Mexicas, las distintas sociedades de habla maya y otros pueblos mesoamericanos clásicos.

Se le conoce también como ayotl (tortuga en náhuatl) y se trata de una concha de tortuga que se golpea o se raspa con un cuerno de venado o un palo de madera. Usualmente va dando el tempo o alguna clave rítmica, tocada a percusión en su cara convexa.

Partituras