Creoles

Se denomina creole a los nicaragüenses descendientes de africanos libertos y cimarrones, cuyo mestizaje está ligado en diverso grado con otras etnias, especialmente miskitos, ingleses y chinos. Habitan fundamentalmente la región de Bluefields, las dos Islas del Maíz (Corn Islands), y Pearl Lagoon; aunque también hay comunidades en ciudades como Bilwi y el triángulo minero. Su lengua principal es el kriol, un creole de base inglesa al que llaman inglés, pero también usan el inglés estándar y el español. Tienen un profundo sentido de su identidad, un gran orgullo por su etnia y su lengua.

Todo esto es la música creole, que se sitúa principalmente en el caribe sur desde la desembocadura del Río Grande de Matagalpa hasta la desembocadura del Río San Juan en Greytown.

El Palo de Mayo vino a la Costa Caribe desde Europa,  particularmente  de  Inglaterra.  En varios países europeos, se celebra el “May Pole”  o “May Day” bailando alrededor de un árbol adornado con cintas de colores. La celebración de estas fiestas es común en muchos países de Europa donde existen variantes similares de la misma festividad que se remonta a épocas ancestrales. En dicho continente, los primeros meses del año, debido al frío, los árboles botan todas sus hojas, y al iniciar la primavera en abril los árboles comienzan a retoñar. Con sus retoños, el árbol emerge y se renueva, comienza a estar nuevamente verde y vigoroso. Esta es la razón por la cual se les rendía culto; se remontan a las antiguas civilizaciones de los fenicios y a los griegos que querían rendir homenaje a estos fenómenos naturales. En Europa, a finales de abril y durante el mes de mayo, los árboles se llenan de flores y frutos, lo  cual incita en las personas un sentimiento de  celebración.  Si se analiza la estructura original del Palo de Mayo costeño, es decir, los elementos de su configuración: los juegos, las comidas, las canciones, las dos partes del programa (una para los niños y otra para los adultos) se concluye que su origen es Inglaterra.

En este contexto, el Palo de Mayo es la tradición mayormente difundida del folclor caribeño nicaragüense, específicamente de la cultura creole, y se celebra durante el quinto mes del año en la ciudad de Bluefields en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS). El Palo de Mayo no solo es una festividad tradicional del Caribe, sino que se convierte en un ritmo popular de Nicaragua.

El Palo de Mayo que los ingleses le enseñaron a los antiguos habilitantes de la Mosquitia se daba a principios de mayo donde los jóvenes de ambos sexos salían a cortar flores de los árboles florecidos de la zona. A esa actividad se le decía “going a maying”; adornaban también un árbol con frutas, flores y con cintas de colores vistosos.

Por la tarde se celebraba una reunión alrededor del árbol adornado para practicar juegos que incluían bailes ordinarios y canciones como “London Bridge is falling down”, “There´s a brown girl in the ring”. Otros juegos incluían la búsqueda de un anillo escondido entre las manos de un círculo de personas. El paso del tiempo y la influencia española, holandesa, francesa, alemana, norteamericana y sobre todo africana aportaron y moldearon al Palo de Mayo nicaragüense.

Todos esos juegos, músicas, bailes y canciones originales comenzaron a ser modificados por las comunidades creoles de la Costa Caribe, especialmente de Bluefields, Greytown, San Andres, Pearl Lagoon y Corn Island, influenciados por los creoles de Jamaica, Honduras, Belice y Gran Caymán. Es de esa manera que entraron al Palo de Mayo canciones como “Donkey wan Wata”, canción tradicional del folk jamaiquino. En esta canción con ritmo cercano al calipso y mento podríamos situar el origen musical del Palo de Mayo. Esta música importada de Jamaica evolucionó con forma propia a lo largo de los años.

“Donkey Want Water” Canción tradicional jamaicana, también conocida como Hold ‘im Joe, Hold ‘em Joe. Fecha de publicación 1907. Idioma inglés Publicado en «Jamaican Song and Story», editado y recopilado por Walter Jekyll. A veces acreditado a Harry Thomas (seudónimo editorial de Harry Belafonte y Millard Thomas).

“Mayaya las im key” por allá de 1860 y probablemente la canción más emblemática y popular de todo el caribe nicaragüense junto a “Tulululu pass anda” canción con la que se despide las celebraciones de Mayo Ya con un baile-desfile que se desarrolla a lo largo de las calles entre el norte y el sur de Bluefields. A medida que llegan a los distintos barrios de la ciudad, se van quedando los danzantes que viven en esos legendarios barrios: «Beholden», «Old Bank» y «Cotton Tri» [Cotton Town]. Por eso la letra dice:

Tu lu lu lu

Pass anda (pass under)

Gial an buay de (Girl and boy)

Pass anda

Pass pass pass anda

Gial an buay de pass anda

Beholden gial (Barrio)

Pass anda

Old Bank gial (Barrio)

Pass anda

Cotton Tri gial (Barrio)

Pass anda

Pass pass pass and

Este baile requiere la participación de todos los que están en el festival. Las personas van pasando debajo de un arco hecho por los brazos de los participantes. Cuando una pareja pasa, se coloca adelante para continuar el arco que avanza al ritmo de la música. Esto se conoce como el baile del Tulululu, y muchos creen que es un simbolismo de la fertilidad relacionado con las antiguas festividades de mayo.

Hay canciones de denuncia también como “Lanch ton ova” (Launch Turned Over / La lancha se volteó) compuesta por Vertic Hudgson famoso músico del barrio Sally Peachie de Corn Island que se hizo en ocasión del trágico hundimiento de la lancha bananera “The Corinto” el 15 de Octubre de 1939. Según el testimonio de Arlene Hodgson, sobrina nieta del compositor, la lancha navegaba de la isla hacia Bluefields con exceso de peso, pereciendo seis de los nueve tripulantes y donde supuestamente el dinero de la planilla se perdió ocasionando gran descontento y conmoción en toda la población. El dueño de la embarcación, Hernan Hooker, es señalado directamente como responsable y se menciona en la letra.

Instrumentos

También conocida como charrasca, cacharaina, charaina, carretilla o kahuaha, se usa como instrumento de percusión en varios lugares del continente sobre todo los de fuerte presencia africana. Es elaborada con el maxilar inferior o quijada de un burro o caballo que es hervida y secada, y también puesta en un nido de hormigas para que quede libre de re- siduos orgánicos para que los molares se aflojen y produzcan un castañeteo. Dependiendo de la técnica de ejecución se obtienen dos sonidos. El primero implica golpear la parte fi- nal de la quijada con la palma o el costado de la mano cerrada, ocasionando la vibración de la dentadura. El segundo se obtiene al frotar la fila de dientes con un palillo de madera.37

Prácticamente todas las culturas del mundo desde la antigüedad han hecho uso de este instrumento membranófono como forma de percusión. Según diversos estudios, su origen es africano, y se remonta a la prehistoria. El tambor llegó a Europa a través de las migraciones de africanos y moros. Posteriormente, también fue introducido en el Nuevo Mundo, cuando los ejércitos conquistadores iniciaron la colonización. Cuando los africanos esclavizados fueron traídos a América, exploraron diversas posibilidades sonoras, convirtiendo casi cualquier objeto en tambor y con él, cualquier motivo para el baile. A falta de espacios y materiales aptos para construir y tocar sus tambores originales, los esclavos construyeron unos más pequeños con materiales locales. En Nicaragua, los de mayor difusión y tradición son los elaborados con árbol de aguacate y membrana de piel de venado; aunque, como todos los instrumentos, depende mucho de los materiales que se tengan a la mano.

Es un instrumento autoconstruido, un monocordio que se estructura como un bajo elaborado con un recipiente de lámina de hierro galvanizada, con una capacidad aproximada de 60 litros, al que se le coloca una cuerda atada a un mástil y se ejecuta al mismo tiempo que una armónica de boca. La tina de metal funciona como resonador. Además, es utilizado en la música folclórica mexicana, estadounidense, australiana, inglesa y sudafricana. Se le llama babatoni en Sudáfrica, tanbou marengwe en Haití, tingotalango en Cuba y tulòn en Italia

El uso de caparazones de tortuga en la música tradicional latinoamericana data de antes de la llegada de los europeos. De hecho, los caparazones de tortuga han sido largamente empleados en todos los continentes para la elaboración de distintos tipos de instrumentos musicales: desde el gbóló gbóló de los Vai de Liberia al kanhi de los Châm de Indochina, pasando por los sonajeros de los Hopi de Estados Unidos y los tambores de los Dan de Costa de Marfil. Centroamérica no ha sido una excepción, se ha utilizado sobre todo como idiófonos. Han formado parte de la organología indígena desde tiempos inmemoriales; existe evidencia arqueológica entre los Mexicas, las distintas sociedades de habla maya y otros pueblos mesoamericanos clásicos.

Se le conoce también como ayotl (tortuga en náhuatl) y se trata de una concha de tortuga que se golpea o se raspa con un cuerno de venado o un palo de madera. Usualmente va dando el tempo o alguna clave rítmica, tocada a percusión en su cara convexa.

Instrumento equivalente al güiro o güira dominicana, es un instrumento de percusión. Está hecho de una hoja de metal (comúnmente acero) y se toca con un cepillo rígido, siendo similar al graj haitiano (cilindro de metal perforado que se raspa con un palo) y al guayo cubano (raspador de metal) y al güiro puertorriqueño (raspador de calabaza). La güira, el guayo y el güiro tienen una función similar a la de las maracas nativas indígenas o el hi-hat del trap-kit, es decir, proporcionar un ritmo complementario. También se utiliza la tabla para lavar y otros tipos de ralladores de queso, yuca, entre otros.